miércoles, 3 de julio de 2013

28J

Sábado. He quedado para comer con unos amigos. Vamos a algún lugar de la zona antigua de Barcelona. Supongo que debería saber el barrio, pero nunca he conseguido saber cuándo estoy en el Born, cuando en el Raval o en el Gòtic. En cuanto empiezo a andar por las callejuelas, me pierdo. 

Después de comer nos separamos. Unos se van al Pride y tienen que ir con tiempo porque subirán a una carroza. El resto vamos hacia plaza Universitat, donde arranca la manifestación organizada por la Comisión Unitaria por el 28J. Vamos temprano, demasiado. El sol es horrible y en toda la plaza apenas hay alguna minisombra de algún arbolillo. Hay música. Bueno, no es eso lo que dice mi cabeza, pero no soy crítica de música, así que mejor lo dejamos así.

Hay altavoces repartidos por la plaza. El volumen supera con mucho mi nivel de dolor. En total paso aproximadamente hora y media en la plaza. Hora y media de tortura auditiva. Al principio odio eso que he llamado música, pero más tarde la echo de menos. No sé si se supone que leen monólogos o poesía que no entiendo. Tampoco soy capaz de escuchar. Intento olvidar que tengo alguna capacidad auditiva. Sospecho que en otro contexto y a otro volumen quizá hasta los disfrutaría. Otras personas de mi alrededor no le dan ni el beneficio de la duda.

Mis amigos apenas se están por ahí unos minutos. Tienen sobradamente claro que no les va a gustar nada de lo que puede ofrecerles esa plaza. Experiencia ganada en años anteriores.

Para mí, el momento culminante llega cuando una mujer desde el escenario empieza a gritarme que quiere una novia muy bollera. Supongo que debería apreciar su obra como la quintaesencia de lo queer. Yo solo oigo "quiero una novia que no sea nada parecida a ti, porque a ti te gustan los tíos y eso te descarta para cualquier relación que pueda valer la pena". Por lo menos tengo alguien cerca a alguien con quien comentarlo. Y de paso, enumeramos los distintos mitos del amor romántico a los que da voz. No, lo siento, ni me parece queer, ni me parece feminista, ni creo que me aporte nada bueno.

De tan alternativo que es todo, que me parece lo mismo de siempre pero con más agresividad. Si leyera esto en un comentario ajeno, en caso de poder, le daría al botón de "negativo". Porque si es alternativo, algo bueno tiene que tener, ¿no? Pero soy incapaz de verlo. Solo percibo rechazo. Violencia que no me empodera sino que me ataca. Será el dolor por el sonido. Será el calor. Será que odio ver la plaza vacía cuando empieza la manifestación más reivindicativa que se hace en Barcelona por el 28J.

Cuando empieza la mani, me voy. Sola. Voy pensando sobre ello. Me siento mal. Traidora. Hago mi particular recorrido, ni el de la Comisión Unitaria ni el del Pride. Asco. En lo único en lo que se ponen de acuerdo es en excluirme.

Intento perderme por las calles, pero como siempre, me acabo encontrando. Decido ir a Plaza España, donde hay la celebración del Pride. Por lo menos verlo. Ninguno de los años anteriores me he acercado a esa celebración. Pienso en homonormatividad. Tengo ganas de rendirme. Y llorar. Pienso que hace nada volví a enviar un currículum a una empresa en la que no quiero trabajar. Normatividad. ¿Para qué? ¿Para qué tanto esfuerzo?

Muchos chicos jóvenes. Mucha gente. Muchos colores, muy poca ropa. Y también, pocas mujeres. Y casi juraría que no vi ni un maldito cuerpo feo. Me da asco tanta belleza y tanta perfección de mierda. ¿Cómo va a ser esa mi revolución?

En las entradas y salidas de la "zona gay" hay unas bonitas vallas y unos simpáticos seguratas. Al pasar a su lado me planteo si están para evitar la entrada o para evitar la salida. Sí, claro, podemos hacer mucha fiesta, y mucha reivindicación, pero sin salir del área de seguridad. Viva las manifestaciones posmodernas.

Sentada en las escaleras de Montjuïc pienso muchas cosas. En el vértigo que siento. En si no sería mejor que las dos manis se juntaran. En por qué nunca encuentro mi sitio. En cuántas de las personas que veo más abajo saben que existe otra manifestación en otro punto de Barcelona, y en si no han ido por ignorancia o por conocimiento. En dónde están las mujeres. Y en si algún día encontraré alguna con la que sea capaz de mantener una relación de pareja.

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