jueves, 16 de mayo de 2013

T

En mi entorno hay una persona a la que le gusta especialmente hablar de cine. Hace unos años, tras su insistencia, decidí hacerle una lista con las pelis que consideraba indispensables. Todas tenían temática LGTB+. En general no me gusta pensar en "favoritos" (colores favoritos, números favoritos, etc.), pienso que no hay ninguna necesidad de elegir entre los distintos gustos, me pasa un poco como a Mafalda cuando le preguntan si quiere más a papá o a mamá. ¿Para qué? Hombres o mujeres, dulce o salado, rojo o azul, etc. Como si no pudiera gustarme todo a la vez. Pero bueno, si hoy tuviera que decir una peli "favorita", me quedaría con Breakfast on Pluto.

Luego diré que no me gustan los dramas. Esta es un drama sí, pero con matices (desde mi punto de vista). El principal: considero que es una peli optimista. Porque la vida puede ser una mierda, pero la actitud hace mucho.

Últimamente pienso mucho en las personas que conocí y que me encantaron y con las que no conseguí mantener el contacto. Pienso también en que hay muchas personas que me cuentan parte de su vida. Y luego desaparecen y yo me quedo con esas gotas de su existencia. Alguna vez pensé que debería escribir un libro con todas las salidas del armario que me han contado. Las buenas y las malas.

Una de estas personas que me encantaron y luego desaparecieron de mi vida fue una mujer transexual. En realidad entre esas personas que a veces recuerdo hay varias transexuales y transgénero, pero ahora quiero referirme a una en particular. Era una mujer de aspecto bastante sencillo, con un trato cercano, aparentemente tímida. Y aunque esto no le interese a nadie, también la encontraba muy guapa. Me contó varias anécdotas de su proceso de transformación.

Por ejemplo, antes de pasar por eso proceso, estuvo trabajando en una empresa, llamémosla empresa X. Durante el proceso, estuvo trabajando en otro lugar. Y después de la transformación, por cuestiones laborales, tenía que volver temporalmente a la empresa X. Tenía cierta inquietud por ver cómo la recibían, porque aunque muchas de las personas que habían estado trabajando con ella ya lo sabían, una cosa es saberlo y otra es tener a la persona delante... Y algunas de esas personas al parecer eran bastante conservadoras. Particularmente había una con la que había tenido una cierta amistad y que la inquietaba especialmente. Y cuando fue.... la otra se quedó completamente sorprendida. Y se alegró y la abrazó, y todo muy bonito. Más tarde le dijo que no se la esperaba así. Tan sencilla. Es decir, con tan poca pluma. A ella al principio le hizo gracia, pero luego me decía, "¿y qué hubiera pasado si yo hubiera sido una de esas transexuales tan espectaculares, con tantísima pluma?"

De nuevo, los privilegios. En este caso, el privilegio de poder pasar como mujer cisgénero. Y mujer que se ajusta a lo que se espera de una. Un privilegio al que no puedes renunciar sin dejar de ser tú. Y si dejas de ser tú, ¿de qué sirve ninguna lucha? Me identifiqué mucho con ella en este punto. Yo siempre fui la "buena chica".

Vuelvo a cambiar de tema. El otro día un amigo, que es profesor de colegio, me explicaba la discusión que había tenido con otro de los profesores. Era sobre el código de vestimenta. Mi amigo defendía que el código debía ser el mismo para ellas y para ellos. En realidad, todo venía por un tema "menor", el uso de pendientes, pero el otro profesor llegó a soltar: "¿y si mañana viene uno de los chicos con falda?". Mi amigo le hizo notar lo tránsfobo del comentario.

He conocido a varias personas que iniciaron su proceso de transformación después de conocernos. De entrada siempre es un poco chocante. A veces pienso que es por la manera como funciona el cerebro humano. Otras veces pienso que eso es una excusa. No sé. Con estas personas me sigue costando un esfuerzo consciente tratarlas con el género que toca (es decir, el género con el que más se identifican). Pero no me pasa con todas las personas transexuales y transgénero que conocí cuando ya habían hecho el proceso o parte del proceso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario