miércoles, 6 de marzo de 2013

Cooperación internacional (II) - Género

De las últimas charlas a las que he ido hay otro tema que me ha llamado mucho la atención. Y es la participación según el género.

En estas charlas éramos alrededor de unas 30 personas. De estas, tres de ellas (un 10% aproximadamente) eran hombres. El resto, mujeres. Pues las intervenciones eran mayoritariamente por parte de los hombres. Es algo que me sigue asombrando, pasan los años, sé que sucede, y aun así me sigue sorprendiendo hasta qué punto son siempre los hombres los que hablan.

No es que no tengan nada que decir. Ni tampoco creo que sea un problema de timidez o falta de confianza (por lo menos, no en todos los casos). De hecho también era muy frecuente que al acabar, o durante una pausa, alguna de ellas se acercara a la persona que daba la charla, especialmente cuando esta persona también era mujer. Creo que sencillamente es otra manera de hacer las cosas, otra manera de comunicarse. Si es por razones biológicas o culturales ya es otra historia...

Como en tantas otras ocasiones, lo que me parece más importante es pensar si habría que intentar que las mujeres actuaran de otra manera, adaptándose a los sistemas de comunicación, o si debería ser al revés... Por ejemplo, en una de las charlas sobre cooperación nos hablaron del acceso al agua y de cómo se había llevado algún sistema de extracción de agua más práctico (en apariencia). En algún caso se habían encontrado con que, una vez instalado, las mujeres (que son las que van a buscar agua) no habían usado el sistema y habían seguido haciendo lo de siempre. La explicación que nos dieron: a las reuniones para tratar el tema no habían asistido mujeres.

Mientras lo explicaban me pregunté cómo se puede trabajar en temas de aguas y de cooperación y hacer algo tan absurdo como poner un sistema de extracción sin hablar con las mujeres. Cómo se puede estar tan ciegx. Me parece un resultado evidente de la invisibilidad de las mujeres.

Pero en fin, dejando de lado este tema, el problema de comunicación en este caso es claramente cultural. Las mujeres no asisten a las reuniones porque las costumbres (patriarcales) así lo marcan. Sin embargo, no viven encerradas en sus casas, hay un lugar donde seguro que se pueden encontrar: al lado de los pozos. Además, en alguno de los lugares donde se montaban los pozos, precisamente era el momento que aprovechaban las mujeres para socializar. Así que si quieres comunicarte con ellas (las usuarias del sistema), quizá lo más lógico es que participes en el sistema que ya está establecido, en vez de organizar una reunión externa y pretender que sean ellas las que se adapten a ti, ya sea asistiendo, ya sea no haciéndolo y dejando que se imponga la otra costumbre: la de dejar las decisiones "importantes"* a los hombres.

*Escribo "importantes" entre comillas porque aunque suele considerarse así en nuestra sociedad, de hecho, no tengo nada claro que lo más importante sean los grandes proyectos, los grandes cambios. Leí en alguna parte que para la sociedad Mosuo (sobre la que no es la primera vez que digo algo), lo "importante" son las pequeñas cosas, las decisiones cotidianas. Quizá porque al final son estas las que realmente determinan que haya comida en la mesa (entre otras muchas cosas).

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