martes, 26 de febrero de 2013

Sobre keynesianismo

Me defienden ideas keynesianas y de decrecimiento a la vez. Me dicen que todo podría ser mucho mejor fácilmente si unos que son muy malos muy malos dejaran de complicarlo para su propio beneficio. Miro a mi alrededor y veo a la gente aplaudiendo. No ven la incoherencia.

Conversación de hace unos días. Estábamos mirando las noticias. Y él se puso en modo anti-complot. Que todo lo que pasa es porque unos pocos hombres están reunidos en algún rincón oscuro del mundo planificando detalladamente todo lo que tiene que pasar. Pone esa mirada de "yo sé la verdad". Yo le respondo que sí, que también creo que hay unas pocas personas que tienen el poder, pero que no creo que sean especialmente inteligentes ni tampoco creo que estén de acuerdo entre ellas.

La creencia en que todo lo controla un pequeño grupo de personas que tienen superpoderes me parece muy peligrosa. Si es así, de nada sirve intentar cambiar nada. Y esa inercia a creer que no se puede cambiar nada es lo que realmente da poder a quien lo tiene. Es como la idea esa de "total, esto pasará igual, así que por lo menos me aprovecho de ello yo, que soy mejor persona". Y así tener la auto-justificación moral para participar en auténticas barbaridades.

Hace poco conseguí ver Vencedores o vencidos (El juicio de Nuremberg). Dicen que es de esas que se deben ver sí o sí. No deja de ser una película, no deja de ser una versión de la historia. Hacia el final uno de los jueces juzgados habla de los peligros de transigir en algunas cosas "por el futuro de la nación". O en otras palabras, el fin NO justifica los medios.

Vale, todo esto ya lo había dicho en un momento u otro. Esta entrada iba sobre la incoherencia de izquierdas. Que es lo que más me desmotiva a mí.

Keynes en el fondo lo que defendía era el crecimiento por el crecimiento mismo. Pero eso sí, apoyado en el consumo generalizado y no solo el consumo de unas pocas personas. Si funcionó fue por el acceso a los combustibles fósiles: carbón y petróleo.

Pretender utilizar ahora las ideas de Keynes para "arreglar el mundo" significa no comprender dónde está el problema. Ahora NO tenemos petróleo barato y abundante. Ahora hemos llegado a un pico en la producción mundial de petróleo, y esa producción está situada en algunos lugares muy concretos del mundo, entre los que no está España. Aquí hay carbón, sí, pero de mala calidad y con unos costes para extraerlos muy altos, desde un punto de vista económico (por eso necesita subvenciones), ecológico y social. Así que de ninguna manera las ideas keynesianas pueden ayudar a cambiar las cosas a mejor.

Andar de espaldas a la realidad no es una opción. Para mejorar la situación de la mayoría solo se puede ir de cara, mirar cuales son los problemas reales (físicos) e intentar ponerles remedio. Y eso pasa por un decrecimiento controlado, si es que tal cosa es posible.

Cualquier idea que no pase por ahí, venga de donde venga, no puede ser aceptada ni aplaudida. 

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