jueves, 11 de octubre de 2012

Pesimismo

Ahora hace tiempo que no escribo sobre sistemas alternativos. En parte se debe a mi estado de ánimo, que está especialmente pesimista. Le doy vueltas a eso que llamamos condición humana y me pregunto si es posible llegar a un sistema más justo. O por el contrario, me planteo si dejar de buscar un sistema más justo no será lo que acabe de arruinarlo todo. Ahora tengo la impresión de que si no se cambia periódicamente el sistema, este tiende a pervertirse. Y así llegaríamos a las revoluciones sistémicas, una paradoja que a mí yo cínico le resulta muy graciosa.

Como escribí hace unos días, he estado leyendo Homenaje a Cataluña, de George Orwell. Ahora lo considero un libro indispensable. Tal como me avisaron, una llega plantearse si no fue mejor así, que ganaran "los malos", para poder continuar viendo a "los buenos" como a eso, buenos.

El problema con los sistemas ambiciosos, que pretenden conseguir la igualdad total, siempre es el mismo. La gente es fácilmente manipulable. Asumirlo hace prácticamente imposible imaginar un sistema igualitario que pueda funcionar. Y digo "prácticamente" solo por dejar mínimamente la puerta abierta al optimismo.

Podría poner muchos ejemplos. Me quedo con el tema que conozco, las energías renovables. Actualmente todo el mundo está a favor de las energías renovables, ya no es una cuestión razonable, es un dogma de fe, las energías renovables son buenas. Y punto. Sin embargo (hasta donde sé), no existe ninguna energía renovable idílica, todas tienen sus puntos oscuros, algunos muy muy oscuros. Es difícil conocer y valorar los pros y contras de cada forma conocida de obtener energía, por una parte porque hay muchos intereses económicos mezclados, pero por otra, porque hay mucho ruido generado alrededor de este tema. Ruido creado por gente que se dedica a hablar muy alto sin saber de lo que habla.

Me imagino un referéndum sobre este tema. La decisión que saliera, ¿sería una buena decisión? Es casi imposible. Es más, en caso de que se tomara una buena decisión, sería por pura casualidad.

Entonces, ¿cómo deben tomarse las decisiones? Siguiendo con el mismo ejemplo, ¿debería elegirse un grupo de ingenierxs para que tomaran la decisión? Sería algo parecido a lo que sucede con el poder judicial actualmente. El problema es que las personas que forman ese grupo también tienen su posición política (entendida en el sentido amplio y no como simple afiliación a un partido) y sus creencias e ideas que condicionaran su visión, y por lo tanto, su decisión. Y además, siempre que se crea un grupo de decisión está la cuestión de cómo se elige a las personas que lo forman. Y cómo se consigue la independencia de esas personas, puesto que en este tema (como en cualquier tema importante) hay intereses económicos importantes.

En definitiva, que me falta mucho por saber sobre sistemas políticos. Aparentemente, todos los sistemas que funcionan se basan en la transparencia y en la vigilancia mutua (por ejemplo, se crean varios partidos, cada uno con sus intereses, y los unos se vigilan a los otros). Pero visto como está la situación económica mundial, cuesta creer que con eso sea suficiente.

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